Lo profesional y lo que importa
A lo largo de mis experiencias en diseño y fotografía pasé por varios estados de prejuicio, tanto con los demás como conmigo mismo. A la hora de encarar proyectos en grupo siempre cuestioné el lugar y responsabilidades que cada colega tuvo y de a poco me fui dando cuenta de que la discusión sobre quién es 'condecorado' profesional o no tiene muchas caras y etiquetas distintas. Algunos dicen que ser profesional es dedicar todo tu tiempo a tu oficio, otros dicen que más bien es la capacidad de sostenerte económicamente por dicho oficio; otros que tenés que ser objetivamente bueno en lo que hacés (el mayor de los imposibles); y tantos otros combinan todo lo posiblemente combinable, afirmando que tenés que dedicar todo tu tiempo, ser excelente en lo que hacés, ganar buena guita y ser apasionado.
En este punto de mi actividad -que para mí es orgullosa y fundamentalmente artística- lo único que puedo decir respecto a quién es profesional y quién no, es que no es importante. Hay muchísima gente que tiene la fortuna de tener talento y con un simple empujón logra lo que muchos otros luchan por conseguir. Y también está el que se rompe el lomo todos los días y no logra ningún rédito ni apreciación a pesar de tener un trabajo del que está orgulloso. El meollo de todo esto es que todos pueden decirme si soy profesional o no, pero nadie me puede hacer más profesional o restarme profesionalismo. Suena rebuscado? Es porque lo es. Toda esta valoración no tiene fundamento porque responde a la apreciación de gente con distintos criterios para evaluarme como profesional, por lo que con seguridad puedo sospechar que para muchos soy un gran artista y para otros no valgo la pena.
Cuando empecé a adoptar esta forma de ver y por ende de trabajar, me despegué de todo el halo pretencioso y vanidoso que todos cargamos en la espalda y mostramos a cualquiera que nos interesa. Me limité a mostrar mi trabajo desvergonzadamente y a ser yo mismo sin mayor afán que el de disfrutar lo que hago por amor a crecer artísticamente y encontrar colegas que compartan mi estilo. No es una forma de pensar que se adopte fácil; se tiene que adoptar todos los días y en cada proyecto; a mí al menos, no me es natural. Todos tenemos orgullo y juzgamos a todo el mundo constantemente; nos es tan humano como comer o ir al baño. Cuesta cambiar, pero te libera de perder el tiempo en discusiones muy, pero muy boludas.
Bueno pero entonces con quién laburo, con cualquiera?
Lo que a mí me resta a la hora de decidir si valoro profesionalmente a alguien o no son dos cosas:
- Cuánta disposición e inteligencia tiene para trabajar en grupo.
- Cuánto me gusta y cuán extenso es su trabajo.
Cuando reparo en ambas, sinceramente no encuentro más interrogantes a la hora de juzgar al otro. Y aún si faltara el segundo punto, también estoy dispuesto a trabajar con alguien que no tiene experiencia, pero que explota de ganas por sacar un proyecto adelante y, en efecto, se esfuerza por hacerlo. Eso habla -para mí- de alguien con quien hay que trabajar para crecer juntos, porque eso es lo que pondero por sobre todo lo demás.
Me inicié en fotografía hace dos años y soy diseñador gráfico hace ocho. Años en los que mucha gente me elogió y muchísima más gente me ignoró. Ambas cosas fueron fundamentales para crecer: Los primeros me inflaron el pecho, apreciando mi trabajo; y los segundos, con silencio o con desprecio, se apartaron de mi vida laboral. Pero lo que más hicieron por mí fue ayudarme a concentrarme en generar trabajo, sea para otros o para mí.
Para terminar quiero aconsejar: Te van a bardear, te van a despreciar, te van a elogiar, te van a pagar bien, te van a cagar; todo eso pasa en el ámbito laboral. Enfocá tu energía en buscar gente que tenga las mismas ganas que vos de sacar un proyecto adelante y no pierdas el tiempo en responder a la crítica destructiva.
Y más importante aún: Dejá que tu trabajo hable por vos, porque tu producto no te puede defender ni vanagloriar; simplemente te muestra lo que podés hacer, que es lo único que importa en el mundo laboral. Si sos bueno, tu trabajo lo será también.